sábado, 5 de marzo de 2011

Destruir para después resurgir.

Por si no tenía suficientes tareas y ocupaciones en mi vida se me ha ocurrido montar un estudio. Supone desmontar muebles y hacerme un hueco, limpiar y pintar, comprar y montar. A esto se le suma la inquietud que me mueve ante un nuevo proyecto que me impide acostarme; siempre se me ocurre algo más que hacer antes de irme a la cama y un pasito más que dar. La ilusión por y de los nuevos proyectos llena el espíritu y mejora el cutis. Que no nos falte jamás trabajo.

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